El régimen se siente cómodo, por ahora, con que la administración Trump no haya eliminado o modificado las licencias petroleras, única herramienta a la mano de Caracas, para obtener las divisas que frenan un nuevo colapso del bolívar.
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Por M. Juan Szabo / Luis A. Pacheco
Lo que a primera vista lucía como un orden internacional relativamente estable, surgido del arreglo entre las potencias victoriosas en la Segunda Guerra Mundial, el posterior desmoronamiento de la Unión Soviética, y una institucionalidad medianamente funcional(ONU, FMI, OMS, OMC, etc.), luce hoy bajo ataque o al menos amenazado por la estrategia que se implementa desde Washington. La redefinición de lo que tradicionalmente se ha denominado como alianza occidental (militar y comercial) empieza a asomarse como potencial resultado de una política que parece desdeñar las reglas tradicionales del libre comercio y la sustitución del globalismo por el aislacionismo.
En este nuevo escenario, la estrategia norteamericana de imponer aranceles, a aliados y adversarios, emerge como una herramienta de negociación en la búsqueda de modificar el intercambio comercial y, por implicación, el balance geopolítico. Los cambios inesperados en las alianzas del Atlántico, mezclados con intereses económicos, empiezan a impactar el comportamiento político internacional y sin duda percolarán hacia la economía mundial, y en última instancia la demanda de energía. Aunque la globalización es uno de los blancos preferidos de la crítica de los nuevos poderes, es su éxito el que ha creado los vasos comunicantes a través de los cuales las decisiones en dos o tres capitales del mundo terminen impactando a todo el mundo.
Los mercados buscan interpretar y acomodarse a las señales y decisiones desde la Casa Blanca, y las reacciones que ellas generan, pero la incertidumbre llena los espacios. Por ejemplo, el cambio de posición de EE. UU. en la guerra Rusia-Ucrania es visto como una estrategia que pudiera acercar el fin del conflicto. También, se especula acerca de una resolución impuesta o negociada en el conflicto árabe-israelí. Ambas situaciones reducirían el riesgo geopolítico a un mínimo, al menos en lo que se refiere a la recuperación del libre flujo de los hidrocarburos.
De manera que, en una semana que vio el precio del crudo Brent remontar los 76 $/BBL, basado en preocupaciones de interrupción de suministros y firmeza en la demanda, los desarrollos geopolíticos terminaron por empujar los precios, durante el viernes, a niveles por debajo de la semana pasada.
Geopolítica
Aunque mucho se especulaba sobre lo que la nueva administración norteamericana estaba dispuesta a hacer para dar fin a la guerra Rusia-Ucrania, el cambio de señas en la diplomacia de EE. UU. ha causado gran incomodidad en el continente europeo, al verse convertido en convidado de piedra, junto a Zelenski, en las negociaciones para dar fin al conflicto. Pocos esperaban que los norteamericanos, hasta ahora aliados firmes de Ucrania, dieran un giro de ciento ochenta grados y trasladaran la responsabilidad del conflicto de Moscú a Kiev.
Más aún, el hecho de negociar directamente, EE. UU. y Rusia, con mediación de Arabia Saudita, le da una connotación petrolera al contubernio. Estamos en presencia de reuniones de los tres productores más grandes de petróleo del mundo, representando el 30 % del suministro global. Probablemente de alto significado para el nuevo orden que emerge.
La percepción en el viejo continente es que la diplomacia de EE. UU. ha tratado de ponerse en los zapatos de Putin, haciendo del agresor el agredido y fijando condiciones precedentes que debieron ser objeto de negociación. Hay quienes consideran que es casi una absolución de Putin. Zelenski ha pasado de héroe a villano.
Para el presidente Trump, la soberanía de Ucrania se ha transformado en una pieza de negociación en la conformación de ese nuevo orden mundial que se imagina. Es posible que el momento no haya sido el más adecuado y que la forma de implementación pudiera haber sido diferente; Europa, la OTAN y Zelenski podrán sentirse traicionados por esta situación, pero deben adaptarse con celeridad a esta nueva realidad.
Toda esta lamentable confrontación entre aliados, se ha tornado en reproches de ambos lados. Trump ha acusado a Zelenski de posponer las elecciones debido a una supuesta falta de popularidad, calificándolo de “dictador”. Esto es claramente falso, el presidente ucraniano cuenta con un sólido respaldo popular y las elecciones se han aplazado conforme a la ley marcial que fue instituida a raíz de la invasión rusa. Por su lado, Zelenski acusa a Trump de haber “comprado” la propaganda rusa al justificar la invasión como una medida de defensa contra Europa y la OTAN.
En paralelo a todas estas escaramuzas retóricas, EE. UU. presiona a Ucrania para aceptar una propuesta simplificada sobre control sobre sus reservas de minerales estratégicos y luego negociar términos detallados. Según la propuesta de Trump, a cambio de su apoyo, una parte de los recursos de Ucrania pertenecerían a EE. UU. (se dice que la propuesta establece el 50 % de las reservas minerales críticos que incluyen grafito, uranio, titanio y litio), a cambio de garantizar a Ucrania inversiones para su reconstrucción y seguridad contra posibles ataques, según fuentes no oficiales.
EE. UU. quiere establecer un pacto con Ucrania antes de autorizar más apoyo militar a Kiev o avanzar con un intento de mediar en las conversaciones de paz. Como toda una sorpresa resultaron los comentarios del enviado de Trump, Keith Kellogg, a su partida de Ucrania. Habló de un diálogo extenso y positivo, y elogió a Zelenski como “un líder acosado y valiente de una nación en guerra”.
Mientras tanto, como parte de la guerra en Ucrania, drones ucranianos atacaron este martes al oleoducto Caspian Pipeline Consortium (CPC), la vía principal de exportación de Kazajistán. Rusia dijo que los flujos de petróleo a través del CPC, se redujeron entre un 30 % y un 40 %, a causa del ataque ucraniano.
Por otra parte, el gobierno de EE. UU. ha afirmado que quiere aislar a Irán de la economía global y eliminar sus ingresos por exportaciones de petróleo para frenar el desarrollo de un arma nuclear. Trump también quiere que el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, rompa los lazos económicos y militares con Irán. La semana pasada, Reuters informó que el banco central de Irak bloqueó el acceso al dólar a otros cinco bancos privados asociados a transacciones financieras de Irán, a pedido del Tesoro de Estados Unidos.
El ministro de Petróleo de Irak anunció el lunes que las exportaciones desde el Kurdistán se reanudarán la semana próxima, lo que marcaría el fin de una disputa de casi dos años que ha cortado el flujo de más de 300 MBPD de petróleo kurdo a través de Turquía hacia los mercados globales. La totalidad de este volumen no incrementará el crudo puesto en el mercado, ya que buena parte llega a Irán por contrabando a precios ínfimos.
A todo evento, parece que las piezas del rompecabezas que la administración Trump está tratando de armar, están empezando a definir el marco dentro del cual se propone darle forma a su concepción de “Make America Great Again”, en particular su visión de energía disponible y barata para crecer. Pero, se trata de un rompecabezas tridimensional con piezas dinámicas. Un reto de alta complejidad y que tendrá consecuencias inesperadas, seguramente. Tampoco se puede descartar que el acercamiento a Rusia obedece a una estrategia de tratar de distanciar a Rusia de China, que en el panorama de Trump es la potencia que hay que contrarrestar.
Fundamentos
Esta semana, los eventos de reducción no prevista en el suministro de crudo, fueron la variable de mayor influencia, en lo que respecta a fundamentos. La demanda, en el otro de la ecuación, sirvió para afianzar los pronósticos de crecimiento de al menos un millón de barriles por día (1 MMbpd) en 2025, al ir disipándose la incertidumbre en lo que corresponde a China.
Tal como mencionamos en la sección anterior, un ataque con drones ucranianos dañó la estación de bombeo de Kropotkinskaya, en Rusia, reduciendo la capacidad de manejo de crudo en unos cuatrocientos mil barriles por día (400 Mbpd). Además, las condiciones climáticas de frío extremo, en EE. UU. y Canadá, impactaron la producción petrolera, especialmente en Dakota del Norte y el norte de Alberta, Canadá, donde la producción se redujo en aproximadamente unos 200 MBPD.
La OPEP+ parece estar analizando posponer el proceso de apertura de los barriles voluntariamente cerrados, basándose en la poca firmeza de los precios en el mercado petrolero. Brasil anunció que entraría en el grupo de la OPEP+, por ahora solo como una especie de observador, libre de limitaciones de cuota.
Estos factores han contribuido a un escenario de una oferta más ajustada, lo que se tradujo en un incremento de los precios en los primeros días de la semana, aumento que fue mitigado por otro aumento de los inventarios comerciales de crudo de EE. UU. Según el informe de la EIA, los inventarios se elevaron en casi cinco millones de barriles (4,6 MMbbls), esto a pesar del menor nivel de importación de crudos y niveles constantes de refinación. Los inventarios de destilados se redujeron en cerca de 2,0 MMbbls.
El comportamiento de la actividad de taladros en EE. UU. fue muy particular, se registró un aumento neto de 4 unidades: una reducción de taladros dedicados a gas y un incremento de 7 taladros dedicados a petróleo, pero concentrados en las cuencas relativamente menores en Oklahoma; las grandes cuencas productoras quedaron sin cambio. La producción de crudo en EE. UU. y la OPEP+, salvo las interrupciones ya mencionadas, estuvieron estables.
La demanda de gas natural para licuefacción, generación eléctrica y calefacción excedió la oferta disponible. Puntualmente, coinciden picos de demanda, por las condiciones meteorológicas, con el levantamiento de las limitaciones de exportación de GNL y la creciente demanda de electricidad para los centros de procesamiento de data asociados a la IA. Así, el gas natural se cotiza actualmente por encima de los cuatro dólares por millón de pies cúbicos (4 $/MMpc).
Comportamiento de los precios
Una semana de muchos eventos, en la cual la geopolítica se impuso a la lógica convencional de los fundamentos. Las negociaciones y potenciales alianzas que prometen reestructurar el mundo hacia tres polos, con obvias repercusiones sobre las guerras, las sanciones y el comercio internacional, tienen en este momento el protagonismo. No debe sorprendernos que los precios de los hidrocarburos adopten un comportamiento inusual. En una semana que vio a los precios petroleros remontar los $76/bbl, basado en preocupaciones de interrupción de suministros y firmeza en la demanda, los abrumadores desarrollos geopolíticos presionaron a los precios del petrolero durante el viernes a niveles por debajo de la semana pasada.
Así las cosas, al cierre de los mercados, el viernes 21 de febrero de 2025, los crudos marcadores Brent y WTI, se cotizaban en $74,43/bbl y $70,40/bbl, respectivamente, ligeramente por debajo de la semana anterior.
Hidrocarburos en el vecindario
Esta semana daremos una mirada a la región al sur del río Grande, que aunque a veces parece olvidada en el ruido de la geopolítica tiene los recursos de hidrocarburos y un sector energético en proceso de transformación que, forzosamente, le dará relevancia global tanto en el lado del suministro como de la demanda. En lo que sigue, analizaremos las tendencias en los países relevantes de la región —países con potencial de producir más de 500 MBPD— y haciendo la salvedad de que Venezuela está como siempre cubierta en una sección al final de esta columna.
México: la industria de los hidrocarburos en México se ha movido históricamente a merced de su monopolio estatal, Pemex. Como un gran porcentaje de empresas del estado, Pemex ha sido víctima de ineficiencia, corrupción e intervención política, que la han llevado a ser a una empresa endeudada, incapaz de mantener la producción de petróleo y gas o satisfacer su mercado interno de productos, a pesar de haber invertido ingentes recursos en refinerías poco o no rentables. El intento de apertura a capitales privados, aprobado bajo el gobierno del presidente Peña Nieto en un intento por redinamizar es industria, fue luego desbaratado por el presidente López Obrador.
La situación se ha convertido en alarmante, sobre todo frente a posibles aranceles y desacuerdos con su vecino del norte. La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, presentó un plan para que Pemex vuelva a colaborar con inversionistas privados. La estrategia busca compartir beneficios con empresas externas en ciertos proyectos petroleros, revirtiendo la política de López Obrador. Según el anuncio, los acuerdos podrían representar hasta el 10 % de la producción de Pemex.
Este cambio de rumbo de Pemex permitirá compartir ingresos con socios privados tras recuperar la inversión inicial y cubrir una regalía del 30 % sobre la producción a boca de pozo. Sheinbaum explicó que este modelo garantizaría tanto la rentabilidad de las empresas como la de la petrolera estatal y presentó una iniciativa de ley para facilitar estos procesos agilizando permisos y permitiendo inversiones privadas; siempre asegurando que Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mantengan el control del sector energético. Pero lo importante en estas transformaciones de “vuelvan caras”, es la ejecución y la sostenibilidad.
Colombia: en 2022, el recién instaurado presidente colombiano Gustavo Petro prometió una transición energética audaz, capturando la imaginación de un electorado joven ansioso por un futuro sostenible. Pero si avanzamos hasta 2025, la realidad es mucho más complicada. Las reservas convencionales de petróleo y gas de Colombia están en una tendencia negativa, con impactos fiscales impredecibles. Las tensiones políticas están aumentando alrededor del gas natural que, aunque pudiera ser el único puente viable hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, hoy requiere ser importado a elevados costos. Mientras tanto, la búsqueda y desarrollo de nuevos yacimientos es obstaculizado formal e informalmente por la ideologizada administración. Petro, aunque de la misma tendencia ideológica que la presidenta mexicana, no ha logrado o no ha querido incentivar a su industria más importante.
La producción y las reservas están declinando, a pesar de que Ecopetrol acaba de presentar una certificación de reservas que indica que en el 2024 los volúmenes producidos fueron compensados por adiciones de nuevas reservas, al mantenerse por encima de un mil ochocientos millones de barriles (1.800 MMbbls); llama la atención que la mayor parte del incremento no corresponde a exploración, sino a revisiones y recuperación secundaria, ambas con un componente altamente subjetivo.
Guyana: la cuarta instalación de producción flotante zarpó de Singapur con destino Guyana. Se trata del FPSO “One Guyana”, que será operado por un consorcio liderado por ExxonMobil y llevará la producción del país a novecientos cuarenta mil barriles por día (940 Mbpd) para principios del 2026; la experiencia de las unidades anteriores indica que podría ser este mismo año. Los planes indican que al menos otros cuatro FPSO serán instalados antes del 2030, lo que llevarían la producción de petróleo a cerca de dos millones de barriles por día (2 MMbpd), y suministrarían gas natural para la generación de electricidad y desarrollo petroquímico de Guyana.
Brasil: Es el país dominante en el entorno petrolero latinoamericano, tanto por su desarrollo petrolero como su mercado interno. Brasil ha sido uno de los grandes centros de desarrollo tecnológico de operaciones en aguas profunda: casi la totalidad de su producción de más de cuatro millones de barriles equivalentes de petróleo por día (4,33) MMbped se producen costa afuera. A pesar de que la estatal Petrobras es la fuerza dominante en el ámbito petrolero, las empresas privadas participan ampliamente en el desarrollo petrolero del país. El presidente Lula, al contrario de algunos de sus colegas de la región, sigue una política de aprovechar sus recursos al máximo, aunque que tenga que resolver los conflictos con el ala ambientalista de su coalición.
A partir de 2008, con el inicio de la producción de los estratos llamados “presal”, por encontrarse debajo de una espesa capa de sal, a profundidades de más de 7 km, la producción del país se ha revigorizado. Sin embargo, la producción no ha logrado el crecimiento proyectado. Las razones corresponden a retrasos en la entrega de los FPSO utilizados para el desarrollo de estos prolíficos campos y a subestimación de las declinaciones energéticas de sus yacimientos. La producción promedio del año 2024 fue un 0,5 % menor que el del año anterior. Para este año, se estima que la producción se incremente con la incorporación de dos nuevos FPSO e incorporación de pozos satélite a unidades en producción existentes, hasta alcanzar 4,68 MMbped; de este incremento, 280 Mbpd corresponden a petróleo.
Ecuador: los ecuatorianos irán a una segunda vuelta electoral en abril ante la disputada primera vuelta entre el actual gobernante Daniel Noboa, un político de derecha que busca mantenerse otros cuatro años en el poder, y la opositora de izquierda Luisa González, supuesta heredera política del exmandatario Rafael Correa.
Los dos candidatos presidenciales presentan diversas propuestas sobre el sector petrolero en Ecuador. Las ideas están plasmadas en sus planes de gobierno o han sido expresadas en sus apariciones públicas. Algunos de los candidatos no favorecidos abogaban por optimizar la producción petrolera con tecnologías más eficientes y reinvertir en energías renovables para impulsar la transición energética; otros mencionaban la eliminación de Petroecuador por su ineficiencia y corrupción.
Daniel Noboa ha señalado que busca incrementar la producción petrolera a quinientos cincuenta mil barriles por día en 2025, un incremento de casi 50 Mbpd con respecto a la producción actual, plantea recuperar la capacidad de producción mediante la licitación de campos maduros. Luisa González propone una transición hacia una economía post-petrolera, incentivando sectores de alto valor agregado y manufactura, la típica receta de la izquierda durante elecciones. Las encuestas parecen favorecer a Luisa González, porque el electorado indígena está optando por su candidatura.
Argentina: superará a Colombia como el tercer productor de petróleo de América Latina, con 800.000 barriles diarios, solo detrás de Brasil y Venezuela. El importante crecimiento de la producción de petróleo y gas proviene del desarrollo de la cuenca de Vaca Muerta, una lutita de clase mundial.
Argentina logró un superávit fiscal en 2024, haciendo funcionar los oleoductos a toda máquina y enviando los barriles restantes de Vaca Muerta por camión, así como también exportando gas a Chile y a Brasil, utilizando antiguos gasoductos a través de Bolivia. En la actualidad se construyen oleoductos y gasoductos que permitirán alcanzar la meta de 1,0 MMbpd, y a la larga entrar en el competido mercado de LNG.
Pero no todo es color de rosas. La estatal noruega Equinor decidió desprenderse de sus activos en la cuenca no convencional de Vaca Muerta, y no es el primero en hacerlo. Anteriormente, la ExxonMobil vendió sus activos argentinos, poniendo en duda la gran promesa argentina.
Petronas también se retiró del gran proyecto de licuefacción de gas, pero Argentina, con su nuevo talante pro inversión, logró interesar a la angloholandesa Shell en la participación dejada por Petronas. Si Shell toma la decisión de invertir en el proyecto, Argentina sale reforzada del escollo, ya que Shell es una de las empresas dominantes en el negocio de LNG. Un oleoducto adicional, que se inaugurará a principios de este año, ofrecerá algo más de capacidad para enviar exportaciones a Puerto Rosales, a 30 kilómetros de Bahía Blanca.
Resumiendo, el balance neto de las actividades petroleras de México y Suramérica es un aporte neto de suministro al resto del mundo, unos 400 MBPD en el 2025, creciendo a más de 600 MBPD para el 2026.
Venezuela: a sus órdenes, Sr. Trump
Los inmigrantes venezolanos ilegales mandados a Guantánamo, ya están en Venezuela. Usando a Honduras como puente, 170 venezolanos llegaron esta semana a Maiquetía, en avión de Conviasa. Por ahora, la instrucción del régimen venezolano parece ser no alienar a Trump; y en caso de cualquier reclamo, culpar al secretario de Estado, Marco Rubio. El régimen se siente cómodo, por ahora, con que la administración Trump no haya eliminado o modificado las licencias petroleras, única herramienta a la mano de Caracas, para obtener las divisas que frenan un nuevo colapso del bolívar.
El acercamiento entre Trump y Putin se percibe, por ahora, como conveniente para el sostenimiento de un régimen deslegitimado, pero comportándose a la conveniencia de la geopolítica Trumpista. No sabemos si esta precaria situación les brinda a las petroleras privadas, la confianza necesaria para retomar sus programas de crecimiento de la producción o si, por el contrario, están adoptando una posición de esperar cómo se desenvuelve la relación.
A todo evento, el régimen parece estar dispuesto a bailar al son de Trump. Incluso se rumora que la salida de la compañía india, Jindal, de la empresa mixta, PetroCedeño, ha sido subsanada, entregando esa “Joya de la Corona” a la empresa de Harry Sargeant III, con la esperanza de que más relaciones comerciales con compañías norteamericanas hagan más difícil una ruptura.
Los bajos precios petroleros, la incertidumbre de las petroleras y una economía en colapso, alejan la posibilidad de obtener más divisas o de recolectar mayores impuestos; el régimen se ve obligado a emitir dinero para financiar el reducido gasto público. No es difícil predecir que el resultado de ese escenario es una devaluación continua del Bolívar, que se traduce en una inflación cada vez más acelerada. La tasa de cambio oficial ya alcanzó los Bs 63,4/$, lo cual empujó al cambio paralelo a moverse alrededor de los Bs 80/$.
Hay dos variables que podrían ser indicativas de la política norteamericana hacia Venezuela, más allá de la deportación de migrantes ilegales y la repatriación de ciudadanos de EE. UU. La primera es la fecha mensual de renovación de la Licencia General 41 de Chevron. El manejo de esa fecha por parte de la OFAC dará luces sobre el futuro petrolero venezolano. De forma similar, el proyecto del fondo de inversión AMOS, en el golfo de Paria, que busca una licencia OFAC, representa otro indicador en cuanto a la disposición de licenciar nuevos jugadores en el entorno petrolero venezolano.
Mientras tanto, la situación política interna está en una etapa de abulia. Con una oposición en discusiones divisivas acerca de si participar o no en las elecciones generales, convocadas por el CNE del régimen.
Operaciones Petroleras
La quema y venteo de gas natural continúan siendo un grave problema operacional y ambiental, pero su reducción tendría fuertes repercusiones en la producción del crudo liviano y mediano utilizado, necesario para las operaciones de mezcla crudo Merey-16 y como alimentación de la refinería de Puerto la Cruz. La producción de estos crudos ha mermado al extremo de requerir importaciones regulares de crudos livianos para complementar los de producción local. Por otra parte, la escasez de gas natural está obligando a la población a cocinar utilizando leña y carbón, mientras que la producción de petroquímicos en el complejo de Jose ha tenido que ser limitada por la falta de ese insumo.
La producción de crudo durante la última semana se mantuvo constante en 860 MBPD, distribuida geográficamente como sigue:
- Occidente 214 (Chevron 99)
- Oriente 128
- Faja del Orinoco 518 (Chevron 119)
- TOTAL 860 (Chevron 218)
Las corridas de refinación promediaron 214 MBPD de crudo y productos intermedios, con un rendimiento de gasolina de 78 MBPD y 74 MBPD de diésel. Las exportaciones están en línea con lo programado para el mes de febrero, 626 MBPD de crudo y alrededor de 70 MBPD de productos. El precio promedio de venta de los barriles comercializados bajo el amparo de licencias OFAC, neto de pago de deuda, fue de 51,9 $/bbl.
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Juan Szabo es ingeniero Mecánico/Petrolero con B.S. y se M.S. de la Universidad de Houston con más 50 años de experiencia en empresas de servicios petroleros, empresas integradas internacionales, empresas nacionales, pequeñas empresas públicas y privadas. Ha asesorado en temas de energía a empresas petroleras y financieras. Luis A. Pacheco, PhD., Nonresident Fellow, Center for Energy Studies, Rice’s University Baker Institute for Public Policy. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de EnergiesNet.com.
Nota del Editor: Este artículo fue originalmente publicado en La Gran Aldea, el 25 de febrero del 2025. Reproducimos el mismo en beneficio de los lectores. EnergiesNet.com no se hace responsable por los juicios de valor emitidos por sus colaboradores y columnistas de opinión y análisis.
Las armas económicas y una nueva geopolítica – La Gran Aldea
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energiesnet.com 27 02 2025