Por Rodrigo Morales M.
Los comicios presidenciales de Venezuela se llevaron a cabo el domingo 28 de julio y la autoridad electoral aún no da a conocer las actas que soporten su proclama. Sin duda se trata de una situación alejada de toda lógica. Una posible explicación de la tardanza tiene que ver con las particularidades del sistema electoral venezolano.
Desde hace décadas Venezuela ha apostado por desarrollar el voto electrónico. Y en esa apuesta ha generado sistemas de seguridad informática muy sofisticados para cerciorarse de la autenticidad del sufragio. Uno de ellos es la generación de las actas. Para que el acta pueda ser imprimida, es necesario que se conjunten claves; esto es, la autoridad genera un parte de la clave, pero los auditores o testigos de los partidos políticos tienen otra parte de la clave y sólo así se puede imprimir el acta.
Hay adicionalmente un hash (una suerte de firma electrónica) por cada una de las 30,026 máquinas de votación que se usaron el domingo, de modo que si las máquinas volvieran a imprimir un acta con datos distintos, el hash variaría y ello se reflejaría en la base de datos. Además de todos esos candados informáticos, el acta posee un código alfanumérico, de nuevo irrepetible, que identifica el número de circuito o mesa, genera la fecha y hora de la emisión del acta, y tiene el código hash y un código QR.
Hay que agregar que el supuesto hackeo que sufrió la autoridad electoral la noche del domingo sólo pudo haber afectado el proceso de transmisión de las actas, no la impresión de éstas.
Esta singular forma de hacer infalsificables las actas es lo que tiene a la autoridad electoral contra las cuerdas. Acaso cuando el domingo se dieron a conocer tendencias que reflejaban lo que supuestamente había en el 80 % de las actas, la autoridad asumía que la oposición no contaba con el suficiente número de actas; sin embargo, la concurrencia de más de un partido de oposición hizo posible que se recabaran más de 80 % de las actas, mismas que se hicieron públicas.
Ante esto lo que se tiene es que quien debe demostrar su triunfo es Maduro y ello no parece una operación ni sencilla ni creíble a estas alturas. Pero no hay otro camino: o se transparenta la elección (que ya dejó muchas huellas y evidencias informáticas) o el presunto triunfo de Maduro es inverosímil. Por lo visto hasta ahora, las actas del oficialismo en Venezuela no maduran.
Los comicios presidenciales de Venezuela se llevaron a cabo el domingo 28 de julio y la autoridad electoral aún no da a conocer las actas que soporten su proclama. Sin duda se trata de una situación alejada de toda lógica. Una posible explicación de la tardanza tiene que ver con las particularidades del sistema electoral venezolano.
Desde hace décadas Venezuela ha apostado por desarrollar el voto electrónico. Y en esa apuesta ha generado sistemas de seguridad informática muy sofisticados para cerciorarse de la autenticidad del sufragio. Uno de ellos es la generación de las actas. Para que el acta pueda ser imprimida, es necesario que se conjunten claves; esto es, la autoridad genera un parte de la clave, pero los auditores o testigos de los partidos políticos tienen otra parte de la clave y sólo así se puede imprimir el acta.
Hay adicionalmente un hash (una suerte de firma electrónica) por cada una de las 30,026 máquinas de votación que se usaron el domingo, de modo que si las máquinas volvieran a imprimir un acta con datos distintos, el hash variaría y ello se reflejaría en la base de datos. Además de todos esos candados informáticos, el acta posee un código alfanumérico, de nuevo irrepetible, que identifica el número de circuito o mesa, genera la fecha y hora de la emisión del acta, y tiene el código hash y un código QR.
Hay que agregar que el supuesto hackeo que sufrió la autoridad electoral la noche del domingo sólo pudo haber afectado el proceso de transmisión de las actas, no la impresión de éstas.
Esta singular forma de hacer infalsificables las actas es lo que tiene a la autoridad electoral contra las cuerdas. Acaso cuando el domingo se dieron a conocer tendencias que reflejaban lo que supuestamente había en el 80 % de las actas, la autoridad asumía que la oposición no contaba con el suficiente número de actas; sin embargo, la concurrencia de más de un partido de oposición hizo posible que se recabaran más de 80 % de las actas, mismas que se hicieron públicas.
Ante esto lo que se tiene es que quien debe demostrar su triunfo es Maduro y ello no parece una operación ni sencilla ni creíble a estas alturas. Pero no hay otro camino: o se transparenta la elección (que ya dejó muchas huellas y evidencias informáticas) o el presunto triunfo de Maduro es inverosímil. Por lo visto hasta ahora, las actas del oficialismo en Venezuela no maduran.
______________________________________________________________________________
Rodrigo Morales M. (@rodmoralmanz) fue consejero electoral en el Instituto Electoral del Distrito Federal y en el Instituto Federal Electoral. Actualmente es consultor internacional en materia electoral. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de EnergiesNet.com.
Nota del Editor: Este artículo fue originalmente publicado en Animal Político, el 5 de julio, 2024. Reproducimos el mismo en beneficio de los lectores. EnergiesNet or Petroleumworld en Español no se hace responsable por los juicios de valor emitidos por sus colaboradores y columnistas de opinión y análisis.
Petroleumworld alienta a las personas a reproducir, reimprimir, y divulgar a través de los medios audiovisuales e Internet, los comentarios editoriales y de opinión de EnergiesNet o Petroleumworld, siempre y cuando esa reproducción identifique, a el autor, y la fuente original, http://www.EnergiesNet.com y se haga dentro de el uso normal (fair use) de la doctrina de la sección 107 de la Ley de derechos de autor de los Estados Unidos de Norteamérica (US Copyright).
EnergiesNet.com 07 08 2024