Raylí Luján, Bloomberg Línea
CARACAS
EnegiesNet.com 25 04 2022
Venezuela, rica en petróleo, ha contado siempre con el beneficio de una gasolina a un precio excesivamente bajo. Aún, con el declive de la industria petrolera durante los últimos 12 años, esto no cambió. La escasez, sin embargo, le dio un giro que terminó generando un ajuste en la tarifa, que también representó la división entre subsidiada e internacional, complicando cada vez más el acceso a la más económica.
Fue en mayo de 2020 cuando Nicolás Maduro informó sobre la decisión de aumentar la gasolina, tras la llegada de buques con combustible iraní, que ayudaría a palear la crisis que se había acentuado a raíz de la cuarentena por la presencia de covid-19 en el país.
Se habló así, por primera vez, de las dos nuevas opciones al momento de surtir, ya fuese gasolina subsidiada o combustible a precio internacional, fijado en 0,50 dólares el litro, que estaría disponible en al menos 200 estaciones de servicio a nivel nacional.
Llenar el tanque con gasolina subsidiada resultó ser más económico, con un precio de 5.000 bolívares el litro, pero la posibilidad de hacerlo no aplicaba para toda la población, al menos que esta estuviese completamente registrada y verificada en el Sistema Patria, una plataforma digital impulsada por el oficialismo, a través de la que ya se adjudicaban bonificaciones en bolívares o petros, la criptomoneda nacional, vetada por Estados Unidos desde su creación en 2018.
Ya para ese entonces, la administración chavista decía contar con 12 millones de inscritos en esta plataforma, donde gran parte de ellos eran trabajadores públicos. Sin embargo, el resto de los venezolanos que desearan acceder a este precio bajo de gasolina, debían registrarse en el sistema y además sus vehículos. De esta forma, podrían garantizar un cupo de 120 litros al mes que canjearían el día que correspondiera al terminal del número de placa de su automóvil, y un captahuella en cada estación, que además restaba el monto requerido por un tanque surtido del monedero digital de Patria, o de lo contrario un pago en efectivo.
Esto fue mutando. Por momentos, algunas estaciones fueron habilitando cualquier día para surtir, otras aceptaban tarjetas de débito para cancelar y en muchas se instalaron mafias, representadas por las mismas fuerzas de seguridad del Estado, militares en su mayoría, que controlaban el acceso.
Las horas eran extensas para lograr llenar un tanque bajo esta modalidad. En el interior de Venezuela, los usuarios pasaban días en cola para lograrlo. Caracas no se alejaba de esta realidad, y aunque era de menor impacto, igualmente se observaban largas filas en algunas de las principales estaciones con gasolina subsidiada, de las que algunas, un año después, ya habían sido privatizadas y ahora venderían a precio internacional.
En octubre de 2021, se anunció un nuevo aumento a partir de la reconversión monetaria que restaba seis ceros a la moneda nacional, nuevamente. El subsidio se dejó establecido entonces en 0,10 bolívares digitales por litro de gasolina, lo que representó 1.900% de incremento en comparación con el año anterior, que se ubicaba en 0,005 bolívares (5.000 bolívares).
Todavía esto representaba un monto accesible, por demás, frente al costo a precio internacional, que por el llenado de un tanque de al menos 40 litros, reflejaba un total de 20 dólares. Lo más complicado, no obstante, vino después.
Tras una nueva reforma del método para adquirir combustible a precio subsidiado, durante el primer trimestre de 2022 se restableció el sistema, y aunque por unos días estuvo prácticamente gratuita por la adecuación, luego se indicó mayor rigurosidad para el control por el terminal del número de placa, el pago por el monedero Patria a través únicamente del BiopagoPDV y la nueva asignación del cupo para 120 litros por número de cédula, posterior a la eliminación de cupos para muchos de los usuarios y el cierre de varias estaciones, que pasaron a la modalidad de precio dolarizado.
Claro que, esto se presentó precisamente cuando las bonificaciones recibidas a través del sistema Patria se redujeron con el anuncio del aumento salarial, fijado en 30 dólares más 10 dólares de bono de alimentación, tomando en cuenta la medida impulsada por Maduro, de salarizar los bonos para alcanzar este incremento.
Quienes hacían uso de estos bonos para el pago de la gasolina, que eran depositados en el monedero de la plataforma Patria, una de las páginas web más visitada en Venezuela durante el último año, se quedaron sin esa opción y se enfrentaron ahora a la necesidad de activar una nueva herramienta para lograr efectuar el pago del combustible más barato.
Trasladar su dinero desde cuentas de bancos del Estado, como Venezuela o Bicentenario, a sus usuarios en el sistema Patria, se convirtió en otro complicado paso, que aún así, muchos estuvieron dispuestos a implementar, aunque siempre pudiesen contar con la opción o necesidad de adquirir gasolina en dólares, que todavía se encuentra igualmente rezagada del precio internacional, pero que ciertamente ha dejado atrás la era de la gasolina casi gratis en la nación suramerican
bloomberglinea.com 20 04 2022