Por Rubén Aguilar Valenzuela
El ahora presidente López Obrador, desde hace por lo menos 20 años, articula su comunicación y mensajes en el marco de una estrategia sólida y bien estructurada, que establece una clara ruta a seguir.
En contra de lo que muchos piensan López Obrador, como jefe de gobierno de la Ciudad de México, como candidato a la presidencia por 18 años y ya como presidente de la República, no improvisa.
Actúa en el marco de un guion previamente diseñado, que puede sufrir ajustes, pero que en sus líneas centrales no cambia, son ya más de 20 años de operar en ese marco.
Para el caso de conflictos y situaciones complejas como el crimen de Estado de los migrantes en Ciudad Juárez hace muy evidente, pone sobre la mesa, como opera la estrategia.
El objetivo central, en lógica de control de daños, es sacar al presidente y a su gobierno del tema lo más pronto posible. Entre más rápido mejor.
En un primer momento, el presidente interviene a partir de tres ideas fuerza: minimizar el hecho; culpar a las víctimas de lo sucedido; acusar a la prensa y a todo el que aborden críticamente al tema de “amarillista” y “carroñeros”.
El siguiente paso es patear el tema fuera de la comparecencia mañanera y establecer otra instancia de comunicación. Para el caso del crimen de Ciudad Juárez, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Si algún periodista pregunta sobre el tema, el presidente dice que la Secretaría dará una conferencia para tratar el tema. Así evade contestar y aleja de su agenda un hecho que considera hace daño a su imagen, que siempre, sobre todas las cosas, cuida.
Si piensa que responder le resulta útil, para cultivar esa imagen, entonces sí lo hace. En el marco de su estrategia administra el responder o no. Él tiene el control de la agenda.
El presidente logra, casi siempre con éxito, que los temas, incluso los más difíciles pronto salgan de la agenda mediática y terminen por olvidarse.
Sin el comportamiento de la prensa no lograría lo que se propone, pero ésta, en la mayoría de los casos, al ver que él ya no está en el tema y lo delega, pierde interés y lo abandona.
La estrategia del presidente, con los elementos que aquí se han propuesto, dejaría de darle el resultado que ahora obtiene, el día que la prensa se niegue a alinearse a esta.
El presidente está en lo suyo y sabe cómo hacerlo, quien debe cambiar es la prensa en su manera de cubrirlo.
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Rubén Aguilar Valenzuela, Socio fundador de Afan Consultores Internacionales, S.C. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en el Departamento de Comunicaciones y Ciencias Políticas de la Universidad Iberoamericana. Articulista en diversos periódicos y revistas. Fue Fundador y director de la Agencia Salpress del FMLN, el Salvador. coordinador de la Secretaría Particular de la presidencia de Fox (2002-2004) y portavoz del gobierno (2004-2006). Sus últimos libros en conjunto con Jorge Castañeda son: La Diferencia: Radiografía de un sexenio (2007) y El Narco: La Guerra Fallida (2009). Twitter: @RubenAguilar, ruben@miscuadernos.com.mx. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de EnergiesNet
Nota del Editor: Este artículo fue originalmente publicado en Etcétera, el 6 de abril, 2023. Reproducimos el mismo en beneficio de los lectores. EnergiesNet en Español no se hace responsable por los juicios de valor emitidos por sus colaboradores y columnistas de opinión y análisis.
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EnergiesNet.com 06 04 2023