Los cortes de energía eléctrica, que se espera que duren días, han generado malestar y frustración entre millones de habitantes, que se han visto obligados a tirar comida a la basura y buscar alternativas para lidiar con el calor.
Por J. David Goodman y Ivan Penn, NYTimes
Esta semana, el sol calentó más de lo habitual en Houston, donde, tras el paso del huracán Beryl, millones de residentes afectados por el calor sofocante enfrentaron un apagón prolongado, el mayor que la compañía eléctrica de la ciudad haya registrado, de acuerdo con el vicegobernador del estado.
Los cortes de energía provocados por la tormenta afectaron a 2,7 millones de usuarios en todo el estado, sobre todo en Houston y sus alrededores. A pesar de la promesa de la compañía eléctrica, CenterPoint Energy, de restablecer el suministro a un millón de clientes para el final del día del miércoles, amplias zonas de la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos seguían sin electricidad.
La magnitud de los apagones planteó dudas sobre si se habían tomado medidas suficientes para preparar a esta ciudad, ubicada a solo unos 80 kilómetros del golfo de México, para el tipo de tormentas que los científicos climáticos predicen que llegarán con mayor frecuencia.
“Que un huracán de categoría 1 resulte en cortes de suministro a más de un millón de usuarios inmediatamente después demuestra que hacen mucha falta inversiones en el fortalecimiento de la resiliencia”, dijo Wei Du, experto en energía de PA Consulting y exanalista e ingeniero sénior de la empresa de energía Con Edison.
Cuando tocó tierra por la mañana del lunes, Beryl no era una tormenta especialmente fuerte. No obstante, el huracán golpeó el corazón de Houston con una fuerza que derribó árboles, que cayeron sobre cables de alta tensión, y tiró 10 torres de transmisión eléctrica, según las autoridades.
Para el martes por la tarde, alrededor de 1,5 millones de clientes de CenterPoint seguían sin electricidad y sin saber cuándo volvería. En chats grupales, los vecinos reportaban haber visto parpadeos de luz, con la esperanza de que hubiera algún avance. Muchos compartieron un mapa de los locales de Whataburger abiertos, sugiriendo que la cadena de hamburguesas era una mejor forma de informarse sobre el servicio eléctrico disponible que la información intermitente proporcionada por la compañía eléctrica.
La temperatura iba en aumento. El malestar de muchos residentes, también.
“La respuesta ha sido demasiado lenta”, dijo Patricia Alexander, de 79 años, quien fue a un centro de enfriamiento en el noroeste de Houston para descansar del calor que se sentía en la residencia para personas mayores donde vive. “El alcalde dijo que estaba pendiente de las residencias para personas mayores y que los equipos de CenterPoint estaban dando prioridad a los lugares donde viven personas de la tercera edad, pero no lo creo, porque no tenemos aire acondicionado”.
La magnitud de los apagones, que superaron a los del huracán Ike en 2008, se debe al gran número de cables de alta tensión que fueron dañados. Después de esa tormenta, la empresa explicó que se hicieron esfuerzos para lidiar mejor con la vegetación alrededor de los cables.
Funcionarios de la empresa se dijeron sorprendidos por el comportamiento de la tormenta, pues inicialmente se esperaba que golpeara más al sur, pero en lugar de esto golpeó cerca de Matagorda, Texas después de adquirir más fuerza, para luego avanzar hacia el norte, en dirección de Houston.
“Nadie debería haberse sorprendido”, dijo Dan Patrick, vicegobernador del estado, quien ha estado actuando como gobernador en funciones mientras Greg Abbott viaja al extranjero.
En una conferencia de prensa, Patrick afirmó que por ahora quería que la empresa enfocara sus esfuerzos en restablecer la energía, pero que más adelante ésta tendría que dar cuenta de la manera en que se preparó para la tormenta.
“Si cometieron errores antes, entonces hablaremos de eso”, dijo Patrick. “La verdadera pregunta es: ¿estaban tan preparados como debían? Y son ellos quienes deben responder, y no solo lo harán ante la opinión pública, sino también ante la Comisión de Servicios Públicos”.
Las autoridades de Texas han pasado gran parte de los últimos años preocupadas por la vulnerabilidad de la red eléctrica del estado ante el frío extremo, tras un fallo ocurrido durante una tormenta invernal en 2021.
Sin embargo, ante un calor extremo cada vez más frecuente, la red también ha sido puesta a prueba durante el verano, no solo cuando hay tormentas, sino también en días calurosos y despejados en los que la demanda de energía es alta.
“No es solo durante una tormenta: Texas en general tiende a tener más apagones en días de cielo azul que otros estados”, dijo Doug Lewin, consultor de energía y autor del boletín Texas Energy and Power. “Estamos muy mal clasificados en comparación con otros estados. Nos queda mucho camino por recorrer”.
En los tres últimos informes anuales de CenterPoint a los reguladores federales —incluido el más reciente, de febrero— la empresa señaló que habían riesgos relacionados con el envejecimiento de las instalaciones. “El envejecimiento de la infraestructura puede complicar la capacidad de nuestras operaciones de servicios públicos para hacer frente a las preocupaciones sobre el cambio climático y los esfuerzos para mejorar la resistencia y la fiabilidad”, explicó la compañía a la Comisión de Bolsa y Valores.
Una vocera de CenterPoint dijo que la compañía había monitoreado el desarrollo de Beryl y se había preparado, pero “muchos de los problemas se debieron simplemente a que el huracán golpeó más intensamente de lo que esperábamos”.
Específicamente, explicó la empresa, muchos de los cortes se produjeron después de que los árboles cayeran sobre los cables de alta tensión.
“Aunque durante muchos días observamos de cerca la trayectoria, la intensidad y el momento previstos para el huracán Beryl, esta tormenta demostró la imprevisibilidad de los huracanes al golpear con fuerza en todo nuestro territorio de servicio, afectando muchas vidas”, declaró en un comunicado Lynnae Wilson, vicepresidenta sénior de CenterPoint.
Alrededor de 2,2 millones de clientes —el 80 por ciento de los clientes de la empresa en el área de Houston— se quedaron sin electricidad por la tormenta, según un portavoz de CenterPoint.
Expertos en servicios públicos afirman que las compañías de electricidad no tienen excusa para no estar preparadas ante sucesos que tardan días en desarrollarse, sobre todo cuando su principal tarea es ofrecer un servicio seguro y fiable.
“Lo más importante es la preparación”, dijo Robert McCullough de McCullough Research, una consultora con sede en Portland, Oregón. “Una tormenta ligera. ¿Por qué no estábamos mejor preparados?”.
En abril, CenterPoint presentó al estado un plan de resiliencia en el que proponía gastar miles de millones de dólares en “modernizar y reforzar nuestra infraestructura actual” para aumentar la fiabilidad. Según el plan, uno de los objetivos principales es modernizar los sistemas de transmisión y distribución de la empresa.
Tras una serie de fuertes huracanes que azotaron Florida hace dos décadas, ese estado tomó medidas para mejorar su infraestructura eléctrica.
El proceso, que incluía el soterramiento de un número determinado de cables, pareció haber dado frutos, según un informe de 2024 del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. De acuerdo con el informe, la red eléctrica se hizo más resistente a las tormentas.
Sin embargo, los expertos afirman que enterrar las líneas eléctricas no siempre es la mejor solución, sobre todo en zonas propensas a las inundaciones, como es el caso de numerosas áreas de Houston.
“En las zonas donde el agua es una preocupación mayor, el soterramiento puede aumentar la vulnerabilidad del sistema y encarecerlo”, explicó Ted Kury, director de estudios energéticos del Public Utility Research Center de la Universidad de Florida. “El refuerzo contra las tormentas a menudo gira en torno a elegir el tipo de daño que más nos preocupa”, agregó.
Si se trata de agua, hay que ir por encima del nivel del suelo y aceptar los daños causados por el viento, dijo, y “si se trata de viento, es posible que se quiera ir por debajo del nivel del suelo”, aunque entonces habría que preocuparse por el agua.
El plan de inversión de 2190 millones de dólares propuesto por CenterPoint incluye la modernización o sustitución de los postes y estructuras existentes para cumplir las normas actuales de carga de viento, además de la mejora del sistema de distribución para evitar los cortes automáticos. El plan también propone un programa piloto para evaluar si las microrredes “a escala de servicios públicos” podrían acelerar el restablecimiento del suministro eléctrico en caso de incendio o emergencia meteorológica.
El plan, que aún necesita la aprobación del estado, prevé realizar estas inversiones en un periodo de tres años, de 2025 a 2027.
Un comité de la Asamblea Legislativa de Texas tenía previsto reunirse el lunes en Austin para debatir la cuestión de la resiliencia de los servicios públicos, pero la reunión se canceló debido a la tormenta.
Los retrasos son cada vez más costosos. Las emisiones de gases de efecto invernadero están aumentando la capacidad de la atmósfera para retener la humedad, lo que provoca más lluvias, más inundaciones y una mayor posibilidad de que caigan árboles, explicó Karthik Balaguru, investigador del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico. “Creo que en Houston deberíamos esperar más apagones”, aseguró.
Los apagones provocados por Beryl se produjeron menos de dos meses después de que una serie de poderosas tormentas eléctricas dejara sin electricidad a todo Houston en mayo. Cientos de miles de residentes se quedaron sin electricidad en esa tormenta, y esta semana muchas de esas mismas personas de nuevo tuvieron que tirar comida en mal estado y buscar aire fresco.
“Esto es un doble golpe”, dijo Cleveland James, de 70 años, describiendo las tormentas casi consecutivas mientras esperaba sentado en el centro de enfriamiento local. “Me quedé cinco días sin electricidad. Eso no me da grandes esperanzas de que vaya a volver pronto. Creo que tardará una semana”.
Patricia Alexander, quien se encontraba cerca de James, comentó que le preocupaba que esta no fuera la última vez que se encontrara sin electricidad este verano.
“Esto va a volver a ocurrir”, dijo acerca de la tormenta, que apenas ha sido la segunda en recibir un nombre esta temporada de huracanes. “O sea… apenas vamos por la B”.
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J. David Goodman es el jefe del buró de Houston del Times, donde informa sobre Texas y Oklahoma. Ivan Penn es un periodista afincado en Los Ángeles que cubre el sector de la energía. – Shannon Sims colaboró con reportería desde Houston. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de EnergiesNet.com.
Nota del Editor: Este artículo fue originalmente publicado en The New York Times, el 10 de julio del 2024. Reproducimos el mismo en beneficio de los lectores. EnergiesNet.com no se hace responsable por los juicios de valor emitidos por sus colaboradores y columnistas de opinión y análisis.
En Houston, continúan los apagones provocados por Beryl – The New York Times (nytimes.com)
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energiesnet.com 11 07 2024