AFP
PARIS
EnergiesNet.com 20 04 2022
El mandatario centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen protagonizaron un tenso debate este miércoles, marcado por choques sobre Rusia, Europa y el velo islámico, a cuatro días del balotaje de la elección presidencial que fijará el rumbo de Francia hasta 2027.
«Usted depende del poder ruso y del señor Putin (…) Usted habla a su banquero cuando habla de Rusia», dijo Macron a su rival de Agrupación Nacional (RN), durante el único cara a cara televisado entre ambos antes de la segunda vuelta del domingo.
En plena invasión rusa de Ucrania, que trajo de vuelta los temores de los franceses sobre el aumento de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, el mandatario busca presentar a Le Pen como complaciente con Moscú y alertar de su política exterior.
«No es cierto y es bastante deshonesto», le replicó su rival. En 2014, su partido contrajo un préstamo de 9 millones de euros (unos 9,8 millones de dólares) –que todavía devuelve– a un banco ruso, porque ningún banco francés quiso acordárselo, defendió.
En política exterior, Le Pen propone salir del comando integrado de la OTAN, que fija la estrategia militar de la Alianza, aunque ya no del euro. Su elección supondría un revés a la Unión Europea (UE), que quiere reformar, tras la reelección del húngaro Viktor Orban.
«Esta elección es también un referéndum a favor o en contra de la UE», «de una ambición ecológica», «de la laicidad, la fraternidad», advirtió Macron, que abogó por «una Europa fuerte (…) con potencias fuertes como Francia» para pesar en la escena mundial.
Horas antes del debate, tanto el opositor ruso Alexéi Navalni, en prisión en su país, así como el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, señalaron la relación entre la ultraderechista y Putin. El ucraniano urgió a Le Pen a admitir que «se equivocó».
Para despejar dudas, la heredera del Frente Nacional (FN), reiteró que la «agresión del pueblo ucraniano es inadmisible» y dijo apoyar «una Ucrania libre», independiente de Estados Unidos, de la UE y de Rusia.
– «Guerra civil» –
Francia repite el duelo final de 2017, pero el país no es el mismo. Entre tanto, una serie de protestas sociales, como los «chalecos amarillos», sacudió el mandato de Macron, una pandemia confinó a millones de personas y la guerra volvió a los confines orientales de Europa.
«Desde hace cinco años, he visto sufrir al pueblo de Francia (…), preocuparse por el futuro y dudar. Otra elección es posible», dijo Le Pen, de 53 años, que se presentó como la presidenta de la «libertad», del «poder adquisitivo» y de la «fraternidad nacional».
Aunque Macron aventaja en 12 puntos a Le Pen, según el último barómetro de Ipsos/Sopra Steria, solo un 69% de los inscritos dice estar seguro de ir a votar, entre ellos unos 6 de cada 10 electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que ambos candidatos buscan atraer y movilizar.
El cara a cara se anuncia clave, ya que esa parte del electorado lo mirará «con la esperanza» de «confirmar una elección que no es del todo segura» o de que los ayude a tomar finalmente una decisión, avanzó Emmanuel Rivière, politólogo de Kantar, en la radio RFI.
Ambos intentaron marcar puntos en ese campo. Macron, candidato de La República en Marcha (LREM) de 44 años, estimó que la propuesta de su rival de prohibir el velo islámico en público llevaría a una «guerra civil» en Francia.
Marine Le Pen calificó, por su parte, de «injusticia absolutamente insoportable» la propuesta estrella de Macron de retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años, aunque este se abrió a atrasarla solo a 64 en un guiño a los votantes de izquierda.
– «Demasiado autoritarios» –
A diferencia de 2017, cuando con un 66,1% de los votos se proclamó por primera vez presidente, Macron tuvo que defender su gestión, marcada por las crisis y las protestas contra las políticas de las clases populares.
El presidente defendió su balance, así como el impulso reformista y liberal que pretende recuperar. Para «financiar» el sistema de pensiones, hay que «trabajar progresivamente más», defendió el jefe de Estado
Según el barómetro de Ipsos/Sopra Steria, le Pen está considerada como la que mejor comprende los problemas de la gente y Macron, como aquel con mejor imagen internacional. Ambos son «demasiado autoritarios», para la mitad de los franceses.
Durante el debate televisado, tenso pero más cordial que hace cinco años, los candidatos intentaron proyectar esa imagen de su oponente. «Yo intento ponerme en el lugar de la gente», le dijo la ultraderechista a su rival.
La candidata presentó un perfil más tranquilo que en 2017, cuando se la criticó por su «agresividad» y «su falta de preparación», que no la libro en cambio de las críticas de Macron: su programa «no tiene ni pies ni cabeza».
El domingo en la noche se conocerá el nombre de quién presidirá Francia durante los próximos cinco años y empezará la campaña de las legislativas de junio que definirán con qué mayoría parlamentaria gobernará, algo incierto en un tablero político en recomposición.
afp.com 20 04 2022