Ángela Meléndez, Bloomberg Línea
QUITO
EnergiesNet.com 26 08 2022
Desde el 16 de junio el riesgo país de Ecuador no ha bajado de los cuatro dígitos. A los tres días de las protestas que iniciaron el día 13 de ese mes, este indicador llegó a 1.010 puntos y a partir de allí siempre ha subido o ha experimentado mínimas breducciones, y se esperaría que siga así. Esto debido a que no se avizora qué podría revertir la situación.
En el último mes el riesgo experimentó una subida importante; el pasado 22 de agosto llegó hasta 1.555 puntos. El martes bajó a 1.543, el miércoles a 1.508 y ayer se ubicó en 1.474. Es el tercero más alto de Sudamérica solo después de Argentina y Venezuela, y difícilmente bajará.
¿POR QUÉ NO CEDE?
Al menos así lo considera el analista económico Santiago Mosquera, quien explica a Bloomberg Línea que “el mal sabor de boca” que las protestas de junio dejaron en los inversionistas no se va, pues en esos 18 días de manifestaciones quedó “muy clara la debilidad política del gobierno y su dificultad para generar consensos”.
A esto se suma que sigue latente el peligro de que los movimientos sociales ejerzan nuevamente presión sobre la administración de Guillermo Lasso, toda vez que las mesas de diálogo no avanzan a la velocidad esperada ni con resultados satisfactorios para el movimiento indígena.
S&P Y FITCH LO DICEN
Es decir, la situación política –aunque controlada- no es completamente estable y eso es percibido por los mercados internacionales. La semana pasada S&P Global Ratings y Fitch lo advirtieron en sendos informes en los que si bien destacan la consolidación fiscal, advierten que la situación política podría frenar el camino de recuperación, complicar el acceso de financiamiento del país y deteriorar el perfil de la deuda.
Por ejemplo, S&P S&P cree que las debilidades institucionales de larga data, exacerbadas por el aumento de la tensión social -como las recientes huelgas nacionales y las luchas políticas internas entre el poder ejecutivo y la Asamblea Nacional, incluida una reciente votación de destitución-, limitan la velocidad del ajuste fiscal y mantienen las necesidades de financiación por encima del 6% del PIB.
“Además, la compleja dinámica política y social ha impedido una mejora de la confianza de los inversores, a pesar del fortalecimiento de los indicadores fiscales y externos en el contexto de los altos precios del petróleo”, afirmó.
De su lado, Fitch advirtió que los crecientes retos sociales y políticos “podrían presionar las finanzas públicas, complicar la recuperación del acceso al mercado exterior y obstaculizar las reformas estructurales que probablemente se necesitan para una senda de crecimiento más fuerte y sostenible”.
Para la calificadora, es probable que la volatilidad política se mantenga, “lo que aleja las perspectivas de recuperación del acceso al mercado. También enturbia las perspectivas de un programa sucesor con el FMI”.
LA CAÍDA NO SERÁ GRANDE
Con un escenario así, Mosquera cree poco posible que el riesgo país se reduzca ampliamente, pues a lo anterior se suman “las señales de que el nivel de gasto del Gobierno aumentaría y eso es algo que a los inversionistas de afuera les preocupa sobremanera”.
Esto por los compromisos alcanzados precisamente entre el Ejecutivo y el movimiento indígena que suman cientos de millones, y también por la agenda del ministro de Economía, Pablo Arosemena, que tiene “una posición más relajada aparentemente respectoa los objetivos de consolidación fiscal”.
Justamente, tras la salida de Simón Cueva y la llegada de Arosemena el riesgo país tuvo una escalada que pudo ser levemente amortiguada tras la visita del nuevo funcionario a los multilaterales en Estados Unidos. A pesar de ello, el indicador volvió a subir.
CÓMO PODRÍA BAJAR EL RIESGO PAÍS
Aunque el experto cree que en este momento es “difícil” identificar qué elementos podrían generar una reducción de riesgo país importante, enlista algunos:
Una subida importante del precio del petróleo, que sería poco probable actualmente.
Un nuevo acuerdo con el FMI que implique desembolsos adicionales, considerando que en diciembre concluye el plan actual con el fondo. “Eso tranquilizaría mucho al mercado porque el próximo año el Gobierno tendrá necesidades de financiamiento que
cubrir”, advierte.
En lo político, tener mayor claridad respecto a la consulta popular que ha anunciado Lasso, como el contenido de las preguntas, y luego saber qué probabilidades existen de aprobación, también tranquilizaría a los mercados.
Una victoria en la consulta popular daría un espaldarazo importante al presidente, “caso contrario se vería debilitado y eso ocasionaría mayores presiones sobre la deuda”, señala el también decano de la Escuela de Negocios de la UDLA.
¿Hay algo positivo en todo esto? La verdad es que sí, y es que a pesar de la subida del indicador, Ecuador está mucho mejor que otros países que se ubican en la misma categoría, como las Islas Maldivas, Irak, Cabo Verde o Angola.
LA ESCALADA MÁS ALTA DESDE ABRIL 2021
Esta escalada del riesgo país ha sido la más alta desde las elecciones presidenciales del año pasado, cuando llegó a 1.169 en abril de 2021 ante la incertidumbre de quién asumiría el poder. Luego, tras la ganancia de Lasso, bajó considerablemente y se
ubicó entre 700 y 800 puntos a lo largo de este tiempo, hasta el inicio del paro.
Aunque el Ecuador no tiene planeado emitir bonos en este momento –donde se notaría más la incidencia de este indicador-, el riesgo país sí es un índice de confianza entre los mercados internacionales.
El riesgo país es elaborado por el banco estadounidense JP Morgan que determina la probabilidad de que un país incumpla con sus obligaciones crediticias. Por ello es una fuente para los organismos internacionales ya que corroboran si una nación es sujeto de
crédito o no.
Además, es un indicador utilizado para conocer cuál es la probabilidad de que una economía caiga en default. En su cálculo inciden numerosos factores, como la productividad, el ritmo de crecimiento de la economía, la situación de las cuentas fiscales, el estado
de los mercados externos, entre otros.
Incluso tienen que ver las situaciones políticas y sociales por las cuales atraviesa el país, pues la incertidumbre afecta significativamente este índice ya que los inversionistas son cautos con el destino de su dinero.
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