Por Jorge Valderrabano

México enfrenta una realidad compleja en términos de seguridad. La violencia y la criminalidad son fenómenos que afectan a comunidades en todo el país, donde el tejido social se ha visto gravemente erosionado. Las cifras de homicidios, desapariciones y delitos violentos dibujan un panorama alarmante que exige acciones concretas y sostenibles para restablecer la paz y la seguridad. Las juventudes, que representan el 25 % de la población mexicana, se enfrentan a enormes desafíos, pero también a oportunidades para transformarse en una fuerza activa de cambio y reconstrucción social.

Durante décadas, la respuesta tradicional a la violencia en México ha sido una estrategia de seguridad pública centrada en el uso de la fuerza y en la contención. Sin embargo, estudios y especialistas coinciden en que este enfoque punitivo no ha logrado resolver de fondo los problemas que aquejan al país. La inseguridad y la violencia tienen raíces profundas en las desigualdades sociales, la falta de oportunidades educativas y laborales, y la marginación de sectores vulnerables. Para abordar estos problemas es necesario cambiar de rumbo y apostar por una seguridad enfocada en la prevención, la reconstrucción del tejido social y el fortalecimiento de los derechos humanos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha jugado un papel crucial en proponer enfoques alternativos para la paz y la seguridad en contextos similares. En 2015, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 2250 sobre Juventudes, Paz y Seguridad, que reconoce a las personas jóvenes como actores fundamentales para la construcción de paz y enfatiza la importancia de su inclusión en procesos de prevención y resolución de conflictos; a esa, le siguieron la Resolución 2419 y 2535. Es clave recordar que las resoluciones del Consejo de Seguridad son las únicas en el Sistema de Naciones Unidas que son vinculantes, lo cual significa que los Estados Miembro tienen la obligación de realizar acciones para implementar dichas decisiones. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, específicamente en su Objetivo 16, también subraya la necesidad de promover sociedades pacíficas e inclusivas, con instituciones fuertes y accesibles para todos.

En México, el gobierno, junto con organizaciones internacionales y la sociedad civil, ha comenzado a experimentar con proyectos que integran este enfoque preventivo y restaurativo. La Estrategia Nacional de Seguridad Pública y el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 incluyen en su visión la adopción de modelos de justicia restaurativa y transicional, enfocados en reducir la reincidencia y reparar el daño en las comunidades afectadas. Sin embargo, estos esfuerzos no serán suficientes sin la participación activa de las juventudes, que no solo son más vulnerables ante la violencia, sino son quienes poseen el potencial para liderar cambios significativos en sus entornos.

Juventudes: motor de cambio

Las juventudes han demostrado ser un motor de cambio, liderando iniciativas de impacto en sus comunidades. Desde colectivos locales hasta organizaciones de alcance nacional, las y los jóvenes han asumido un papel crucial en la construcción de paz y en la generación de soluciones innovadoras para combatir la violencia. No obstante, a pesar de su potencial transformador, la participación juvenil sigue siendo subestimada e insuficientemente apoyada.

En este contexto, durante la administración de AMLO, surgió el proyecto “Juventudes por la Pacificación”, una iniciativa lanzada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Instituto Mexicano de la Juventud (INJUVE) y el Organismo Internacional de la Juventud para Iberoamérica. El proyecto convocó a jóvenes líderes de organizaciones de la sociedad civil y colectivos comprometidos con la pacificación en sus comunidades, con el objetivo de capacitarlos en técnicas de prevención de la violencia, justicia restaurativa y resolución de conflictos.

El programa se centró en formar jóvenes como mediadores comunitarios y agentes de cambio, apoderándose con herramientas prácticas para actuar directamente en sus localidades y fomentar la paz desde la base. Para muchos de los participantes, este proyecto no solo fue una oportunidad de formación, sino también una plataforma para compartir experiencias y aprender de sus pares en otras regiones del país.

En este contexto, las juventudes han demostrado ser un motor de cambio, liderando iniciativas de impacto en sus comunidades. Desde colectivos locales hasta organizaciones de alcance nacional, las y los jóvenes han asumido un papel crucial en la construcción de paz y en la generación de soluciones innovadoras para combatir la violencia. No obstante, a pesar de su potencial transformador, la participación juvenil sigue siendo subestimada e insuficientemente apoyada.

En 2022 organizamos un evento en la sede de la Comunidad Internacional Bahá’í en Nueva York, en colaboración con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Oficina del Secretario General para la Prevención de la Violencia Infantil. Este encuentro reunió a autoridades de Naciones Unidas, representantes de misiones diplomáticas y expertos en prevención de la violencia para conocer los detalles del proyecto Juventudes por la Pacificación. Invitamos a Xóchitl Mejía, Subdirectora de Estrategias para la Prevención del Delito de la SSPyC, para que nos contara del proyecto de Juventudes por la Pacificación. Mejía subrayó que el proyecto no solo busca reducir la violencia en comunidades vulnerables, sino que también fortalece el liderazgo juvenil como una herramienta esencial para la construcción de paz.

“Con Juventudes por la Pacificación, brindamos espacios seguros a niñas, niños y adolescentes y promovemos actividades que fomentan la participación ciudadana. Es un modelo que demuestra cómo la prevención puede ser efectiva cuando se combinan esfuerzos institucionales y comunitarios. Necesitamos más proyectos así, que empoderen a nuestras juventudes y contribuyan a un México más pacífico y justo”, afirmó Mejía.

El evento representó una oportunidad para posicionar este tipo de iniciativas como ejemplos replicables en otros contextos, además de fomentar el diálogo entre actores internacionales con interés en apoyar estrategias de pacificación desde un enfoque inclusivo y restaurativo.

La necesidad de adoptar un plan de acción

A pesar de los esfuerzos realizados, el camino hacia un México en paz sigue siendo largo y complejo. Las juventudes enfrentan desafíos estructurales, como la falta de acceso a la educación, el desempleo y la exposición cotidiana a contextos violentos. Por ello es fundamental que el gobierno mexicano y los actores internacionales adopten un Plan de Acción Nacional sobre Juventudes, Paz y Seguridad, alineado con las resoluciones 2250, 2419 y 2535 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Le corresponde a la Secretaría de Relaciones Exteriores redactar un plan que promueva la inclusión de las juventudes en procesos de toma de decisiones, garantizar recursos suficientes para programas de prevención de la violencia, y promover la colaboración intersectorial para abordar las causas profundas del conflicto. Además, de incluir un enfoque de derechos humanos e interseccionalidad, reconociendo las necesidades específicas de poblaciones marginadas.

Proyectos como Juventudes por la Pacificación nos recuerdan que, con voluntad política y colaboración internacional, es posible construir un futuro más pacífico para México. Las juventudes no sólo son el futuro, sino también el presente de la transformación social. Es hora de escucharlas y de brindarles las herramientas necesarias para liderar el cambio.

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 Jorge Valderrabano es Economista por la Universidad de Nueva York, y actualmente Oficial de Incidencia en Ágora (@agora_mex) laboratorio de innovación incidiendo por políticas públicas centradas en la justicia social, la construcción de paz y los objetivos de desarrollo sostenible. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de EnergiesNet.com.

Nota del Editor: Este artículo fue originalmente publicado por Bloomberg, el 27 de diciembre 2024. Reproducimos el mismo en beneficio de los lectores.  EnergiesNet.com no se hace responsable por los juicios de valor emitidos por sus colaboradores y columnistas de opinión y análisis.

Juventudes por la Pacificación: hacia un México de paz y seguridad

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EnergiesNet.com 28 12 2024